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por Sherif Awad
por Sherif Awad
-Soy Cecilia Voter, actriz peruana y vivo en Madrid. En Marzo del año que viene ya haré 13 años en España. Wow! Crecí en el distrito de Miraflores en Lima, Perú.En mi familia hay una mezcla muy interesante de razas. Por parte de mi madre hay de Asia, Brasil y la Selva Peruana. Y por parte de mi padre hay de Alemania que llegan a Estados Unidos, luego van por la sierra del Perú y después se quedan en Lima.Así que a mi me queda muy bien el dicho peruano: “el que no tiene de inga tiene de mandinga”.
A Isabel, mi madre, siempre le gustó cantar pero no se dedicó a ello. Ella, además de ama de casa, siempre ha tenido un espíritu de empresaria y emprendedora.
Enrique, mi padre, falleció cuando yo tenía 17 años . Él era abogado y le gustaba ir mucho al cine, al teatro, a la ópera.
Mis hermanas, Mirtha y Rosario, que viven en Perú y en Estados Unidos, respectivamente, son maestras de niños/as. Y la primera, tiene además su centro de belleza Glamour Salón.
Somos cuatro mujeres que en tiempos de escasez y provisión hemos luchado, aprendido y seguimos juntas, aún estando lejos.
El arte siempre ha estado presente en mí.
Recuerdo los vestuarios que me hacía mi madre para mis bailes en el jardín de infancia. Hubo una que hice de conejita y mi zanahoria era gigante.
En primaria, mi profesora Soledad me hacía recitar y declamar las poesías.
Recuerdo los fines de semana en casa con mi padre, que siempre nos decía que leyéramos el periódico y yo no le hacía mucho caso; hasta que un día al tirar el periódico a la papelera leí que decía casting… ¡se me había pasado el casting para la obra Annie en el Teatro Marsano!… desde aquella vez, aprendí la lección.
-De la televisión recuerdo en mi infancia a Lindsay Wagner en La Mujer Biónica, porque yo quería ser biónica como ella; y a Bill Bixby en El Increíble Hulk. Que lloradera la que me pegaba con mi hermana al ver al hombre que dejaba de ser verde para irse cuando acababa el capítulo de la serie mientras sonaba su música final.
En el cine, adoré a Sigourney Weaver en Los Cazafantasmas y a Kathleen Turner en La Joya del Nilo.
De adolescente me encantaba ir al Teatro Montecarlo que estaba muy cerca de mi casa a ver a la gran Lola Vilar, una actriz española afincada en Lima y que ya falleció.
La gimnasia rítmica también fue inspiración al igual que el encontrarme con fotografías de los trabajos de Pina Bausch .
Es una profesión en la que hay que estar en continuo entrenamiento y va de la mano con el crecimiento personal. Encontrar tu propia voz y tu poética. Vivir y abrazar la vida con todo lo que conlleva. Jorge Eines, uno de mis maestros lo define muy bien “el nombre sofisticado que le ponemos a los errores: Experiencia”.
-Acabo de dejar un trabajo administrativo que venía realizando hace siete años. Y por fin, le he hecho caso a mi cuerpo. Durante esos años también he estado trabajando y formándome continuamente en la profesión; pero ahora, he decidido apostar cien por cien en mi trabajo como actriz y dar el salto de fe. Me es importante conectar siempre con verdad aún en la vulnerabilidad y trabajar con ello. Lo demás vendrá, si tiene que venir, porque creo que todo tiene su tiempo. Quiero vivir y disfrutar de mi profesión.
-Considero que hay que abrir más el abanico de la diversidad. Empezando desde la publicidad que nos vende desde siempre estereotipos marcados. Vivimos en una sociedad con diversidad de razas. La gente necesita verse reflejada con su piel, con sus años, con su género. Cambiando el chip se generarían más opciones y posibilidades.
-En España estamos en un proceso de cambio político y no hay ningún candidato que haya mencionado a la cultura. Es necesario y urgente comprender los beneficios de las artes en la vida del ser humano.
-Abordar las obras que me ofrecen con la libertad que me permite el ensayo, con la búsqueda de la acción que me da el conocimiento, con la pausa y el habitar la pregunta del qué quiero y cómo lo hago. Con la escucha continua durante los procesos creativos. Con responsabilidad y agradecimiento.
–Me han comentado un proyecto en Perú y lo estoy considerando. Mientras, seguir entrenando en la profesión y que ésta me sorprenda con sus posibilidades y ofertas. Viendo, además, que proyectos pueden generar. Estoy disponible y me encanta decir que estoy atenta a “la llamada”.