por Sherif Awad
-Pues, actriz quise ser desde muy chica. Yo veía una telenovela argentina protagonizada por Andrea del Boca, y yo quería ser como ella. Además, mis tíos fueron integrantes del Conjunto Nacional De Folklore, dirigido por Victoria Santa Cruz, entonces, ligada a la música y danzas peruanas estuve desde siempre. En las telenovelas, mi referente fue Andrea del Boca, Sonia Braga; y de las actrices peruanas: Yvonne Frayssinet y Regina Alcover. Durante mi niñez, estuve en un programa infantil conducido y dirigido por Yola Polastri. Creo que ella fue un gran referente para las mujeres pues no solo conducía su programa, también generaba su contenido y lo dirigía. De ella aprendí mucho.
-Esta es una carrera de largo aliento donde la preparación es constante. Para ser artista uno debe conocerse íntegramente, aceptarse, reconocerse, validarse… eso nos permite reconocer la verdad de nuestro ser integral. Y nosotros trabajamos con la verdad. Si empiezas tu carrera esperando el reconocimiento, estás perdido, perdida, perdide. Nuestra labor es comunicar. Eso es algo que no podemos olvidar nunca.
-De hecho, ahora mismo que contesto tus preguntas entiendo que, por ejemplo, Yola Polastri fue una mujer adelantada a su época y hasta ahora no reconocen su trabajo en su justa medida. Ella tenía un programa que producía y dirigía en el siglo pasado. Sí pues, nuestro trabajo no es lo suficientemente reconocido en su entereza.
-Complejamente sencilla pregunta sobre la situación actual de las artes; lo pongo así: las artes para el Perú como la población afrodescendiente para el mundo. Con la pandemia y el confinamiento, el sector cultura fue delegado al final de todo. Fuimos los primeros en cerrar nuestros espacios escénicos y los últimos en reabrir. Muchas familias se han quedado sin sustento y ni nos miraron. Es una situación muy triste. Las artes son las aliadas en tiempos duros y no nos tomaron en cuenta. Las artes curan las heridas del alma y no se dan cuenta. Todos los países Can a terminar muy golpeados en el espíritu y no nos ven.
Par nuevas obras, lo primero que analizo es quien dirige y produce, luego con quienes voy a compartir, ya al final veo si el texto me interesa o no. Para mí el equipo humano es lo más importante. Estamos en escena para ser felices y comunicar.
-No podría hablar de mayor logro. Todos han dejado huella. Sin embargo, no puedo negar que hacer a Donna Sheridan de Mamma Mía marca un antes y después en mi carrera como actriz de teatro musical. En las obras de texto, Jory en “Vergüenza” de Ayad Akhtar.
-Bueno, soy una actriz Afroperuana de 49 años y eso me acorta un poco el espectro. Pero no me quejo porque actrices con mis características, hay muy pocas, solo falta que escriban para nosotras. Me falta tanto para considerar que tengo mi mayor logro… Creo que las canciones me buscan, así como las obras de teatro.
Ahora mismo estoy trabajando en dos proyectos, uno tiene que ver con las canciones que he interpretado en los musicales que he hecho, y el otro con temas de la familia Santa Cruz, representantes de la comunidad Afroperuana. Honestamente, no me ocupo del gusto del público si no, del mío. Si a mi me gusta algo, seguro que a alguien más le gustará.
-Mis consejos para los recién llegados: sigan preparándose. Párense frente a un espejo y mírense, véanse, acepte y amén su ser integral. Y con esto hablo de su sexualidad también. Nuestro ser es nuestro instrumento. Mi próximo proyecto es uno que no se pudo estrenar por la coyuntura, “LadyDay, el ocaso de una Estrella” unipersonal sobre Billie Holiday.